Tras 12 años de polémica, la Real Academia le devolvió la tilde a "sólo"

Cuando es adverbio se puede volver a utilizar, al igual que en "éste", "ése" y "aquél". El uso queda a criterio de quien escribe, si cree que hay riesgo de ambigüedad

Información General 03/03/2023 Claudia Claudia
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La norma dictada por la Real Academia Española hace 12 años de “robarle” la tilde al adverbio “sólo” generó desde ese momento la protesta de lingüistas y escritores, que la consideraron desacertada. Pues bien, en las últimas horas el organismo rector de la lengua en castellano hizo una rectificación (algunos la considerarán tardía) y se lo ha devuelto.
El adverbio “sólo” es el que equivale a “solamente” y a partir de ahora podrá volver a llevar tilde. Es decir, será optativo, al igual que los pronombres demostrativos “éste”, “ése” y “aquél”, con sus femeninos y plurales, que también habían sido víctimas de la poda.

La opción, al menos, es algo más que la prohibición. La RAE señaló que la utilización de la tilde quedará a consideración del usuario de la lengua cuando considere que a su juicio hay riesgo de ambigüedad.
Dicha ambigüedad ocurre cuando “solo” funciona como adjetivo derivado de soledad (“Estoy solo”). Los pronombres con tilde dejan de llevarla también cuando acompañan a un sustantivo (“el animal solo” -por solitario-).

Dicha ambigüedad ocurre cuando “solo” funciona como adjetivo derivado de soledad (“Estoy solo”). Los pronombres con tilde dejan de llevarla también cuando acompañan a un sustantivo (“el animal solo” -por solitario-).


Discusión

Esta novedad era reivindicada desde hace años por los académicos y escritores. Había casos de exámenes en los que la utilización de la tilde restaba nota porque solía depender del criterio del profesor o del examinador.

La norma sobre estas palabras cambió, como se dijo, hace 12 años, cuando la academia introdujo la recomendación general que era la de no tildar estas palabras. Autores como Mario Vargas Llosa, Javier Marías o Pere Gimferrer siguieron acentuando el adverbio y se criticó que la medida generaba confusión.

El académico y escritor Arturo Pérez-Reverte ha destacado a la agencia EFE su satisfacción por esta novedad y ha señalado que todos los académicos han estado de acuerdo en introducir esta formulación, ya que no destruye la formulación inicial pero permite un uso más razonable de la tilde en estos casos, al ser el autor del texto el que decide si debe o no hacer uso de ella.

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Cómo se gestó

En el pleno del jueves pasado la Academia acordó una nueva redacción de la norma que se publicará en el Diccionario panhispánico de dudas (DPD) y en la que añade una frase que deja “a juicio del que escribe” la posibilidad de tildar esas palabras en caso de ambigüedad.

Pero aunque Pérez-Reverte se felicitaba por lo que él considera algo lógico, el debate entre detractores, partidarios y sorprendidos no está en absoluto cerrado. No todo está tan claro, ni siquiera dentro de la RAE. Por la tarde, en la misma red social, Pérez-Reverte manifestó su desacuerdo con la información difundida por la Academia, en la que la institución manifestaba que lo recién aprobado no modifica la Ortografía de 2010. Y auguró un próximo pleno “tormentoso”. La “vieja batalla” no estaba del todo ganada.

En cambio, Salvador Gutiérrez Ordóñez, académico y director de la Ortografía de la lengua española y del Diccionario panhispánico de dudas, se había mostrado tajante por la mañana: “No ha cambiado la norma, sino que se ha aprobado una redacción más clara”.

“Es obligatorio escribir sin tilde el adverbio solo en contextos donde su empleo no entrañe riesgo de ambigüedad y es optativo tildar el adverbio solo en contextos donde, a juicio del que escribe, su uso entrañe riesgo de ambigüedad. Este inciso no implica un cambio de norma”, aclara. Fuentes oficiales de la RAE recuerdan que la decisión del pleno fue “unánime”.

Esta larga controversia comenzó en 2010 cuando la Ortografía de la lengua española recogió que únicamente se tildará solo y los tres citados pronombres cuando se produzca “riesgo de ambigüedad” (”viajó solo en el tren”, “se toma un café solo”, “estudió solo en la biblioteca” o “¿por qué quiere esta tarta?”).

Hasta entonces, se escribía sólo con tilde si era adverbio (”sólo se vive una vez”) y éste, ése y aquél cuando ejercían función de pronombres nominales (”ha sido aquél). Sin embargo, muchos escritores, periodistas y académicos se negaron en su momento directamente a aplicar los dictados de la Ortografía o la cumplieron a regañadientes (Mario Vargas Llosa, Soledad Puértolas, Pérez-Reverte, Javier Marías...).

La polémica parecía haber amainado con el paso del tiempo, hasta que el jueves el diario ABC de España avanzó que la RAE había cambiado otra vez de criterio: se podía volver a tildar en caso de ambigüedad.

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