El truco infalible para que las polillas no se coman tu ropa

Las polillas pueden ser muy molestas a la hora de querer cuidar la ropa. Afortunadamente, existen varias soluciones y repelentes naturales que ayudan a ahuyentar a estos insectos, sin necesidad de matarlos o lastimarlos. Por ello, te traemos algunos tips para prevenir agujeros hechos por ellos en la ropa.

La comida favorita de estas polillas son las fibras de origen natural, como la seda, la lana, la lana de cachemira, la de angora y las pieles. También se sienten atraídas por las luces fuertes, la oscuridad, el calor y la humedad.

Cómo proteger la ropa de las polillas

Mantener una constante limpieza

Aunque esto resulte obvio de mencionar, es importante mantener la ropa limpia constantemente, lavarla antes de guardarla, no dejarla tirada por la habitación y sacar el polvo del armario periódicamente. Una forma de limpiarlo es usando agua y vinagre blanco, que es un repelente efectivo de estos insectos.
Usar un repelente natural
La lavanda es el mayor enemigo de las polillas debido a su aroma fuerte y natural. Colocar bolsitas de lavanda seca en los cajones y estantes del placard ayudará a que estas no se acerquen a él. También se puede usar gotas de aceite natural de lavanda con un algodón en el armario.

Cáscaras de naranja o limón

Las cáscaras de estas frutas contienen limoneno, que es un repelente natural de insectos. Además el olor cítrico resulta desagradable para las polillas, por lo que al meterlas en una bolsa de tela y colocarlas en el clóset se pueden ahuyentar y dejar un delicioso olor al mismo tiempo.

Esconder laurel

Un remedio típico de las abuelas para las polillas es el laurel. Esto se debe a que tiene un compuesto volátil que sirve como repelente natural de insectos llamado cineol. Se recomienda colocar hojas y ramas de esta planta en los bolsillos de los abrigos o entre las pilas de ropa, así desprenden un olor desagradable para las polillas.

Sacudir o cepillar las prendas

Para evitar la amontonación de polvo en la ropa que pasa mucho tiempo guardada, es necesario sacudirla o cepillarla. Esto sirve porque las polillas se alimentan de suciedad, aceites corporales, residuos de sudor e incluso las manchas tenues.