Carlos Romero: Un Testigo Clave en la Transformación de YPF (1973-1999)

La historia de Carlos Romero en YPF es la de un empleado que, desde un rol multifacético en contabilidad e informática, fue un testigo y participante activo de las profundas transformaciones que vivió la empresa estatal argentina entre 1973 y 1999, período que culminó con su privatización.

30/07/2025Juan OmarJuan Omar
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Su trayectoria no solo refleja la evolución tecnológica de YPF, sino también el cambio cultural y estructural que acompañó este proceso.
Carlos Romero inició su camino en YPF en 1973, un año de gran efervescencia política y económica en Argentina. Su primer destino fue la Refinería San Lorenzo, en la provincia de Santa Fe, una de las instalaciones clave en la producción de combustibles del país. Durante casi dos décadas, hasta 1991, Romero se desempeñó en el área de contabilidad e informática, una combinación de funciones que, aunque hoy parezca común, en aquellos años requería una adaptabilidad notable. En un contexto donde la informática comenzaba a asomar tímidamente en las grandes empresas, su rol implicaba no solo el registro y control de las operaciones financieras, sino también la incipiente aplicación de herramientas tecnológicas para optimizar estos procesos.
De San Lorenzo a La Plata y la Expansión Informática
En 1991, un año decisivo para YPF, Carlos Romero fue trasladado a la Refinería La Plata, otra de las grandes bases operativas de la compañía. Este cambio coincidió con el inicio de la reestructuración y modernización de YPF bajo las políticas de desregulación y privatización impulsadas por el gobierno. Fue en este nuevo período donde su expertise en informática cobró una relevancia aún mayor.
Desde La Plata, Romero se convirtió en un capacitador itinerante, recorriendo diversas instalaciones de YPF a lo largo y ancho del país. Su misión era fundamental: capacitar al personal en el uso de la informática. Esto no era una tarea menor; implicaba introducir nuevas herramientas y metodologías en una empresa con décadas de historia, acostumbrada a procesos más tradicionales. La informatización de la compañía fue un pilar clave en la búsqueda de eficiencia y transparencia, elementos cruciales en la preparación para su eventual privatización. La labor de Romero, llevando el conocimiento informático a cada rincón de YPF, contribuyó directamente a la modernización operativa y a la adaptación del personal a los nuevos tiempos.


La Privatización de YPF: Un Cambio de Paradigma


La década de los 90 marcó un punto de inflexión para YPF. De ser una empresa estatal emblemática y un motor fundamental de la economía argentina, pasó a ser una compañía de capitales privados. Este proceso de privatización, que culminó en 1999, implicó no solo un cambio en la propiedad, sino una transformación radical en su estructura, gestión y cultura organizacional.
Carlos Romero, presente en YPF hasta el mismo año de la privatización, fue un testigo privilegiado de esta metamorfosis. Su trabajo en informática y capacitación lo ubicó en el corazón de los cambios operativos que acompañaron este proceso. Desde la implementación de nuevos sistemas contables hasta la optimización de la gestión de datos, su labor fue parte de la maquinaria que buscaba preparar a YPF para el mercado global. La empresa, que había pasado de ser una organización vertical y burocrática a una más ágil y orientada a la rentabilidad, demandaba un personal capacitado en las nuevas tecnologías, y Romero fue una pieza clave en esa transición.


La trayectoria de Carlos Romero en YPF, desde 1973 hasta 1999, es un testimonio de la evolución de una empresa icónica y, al mismo tiempo, de la adaptación de sus empleados a los desafíos tecnológicos y políticos de un período de profundas transformaciones en Argentina.

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