Imputaron doble homicidio simple con dolo eventual al joven que atropelló y mató a una mujer y su hija

Agustín López Gagliasso, el joven de 20 años que el martes pasado atropelló y mató a una madre y su hija que visitaban Rosario, quedó formalmente imputado este viernes por el delito de doble homicidio simple con dolo eventual. Es la figura que pidieron las fiscales del caso y aceptó la jueza Paola Aguirre. Además, la magistrada le impuso prisión preventiva por el plazo de ley (hasta dos años).

Las fiscales Mariana Prunotto y Valeria Piazza Iglesias le atribuyeron en la audiencia haber mantenido un “altercado” con un motociclista en el túnel Arturo Illia, hacer maniobras de sobrepaso a otros vehículos y haber perdido el control del auto a más de 120 km/h, cuando la velocidad máxima en la zona es la mitad.

Así, atropelló a la mujer y sus dos hijas cuando esperaban en la vereda la habilitación del semáforo para cruzar, en la intersección de Wheelwright y Presidente Roca.

En la audiencia, llevada a cabo luego de que López Gagliasso fuera dado de alta por lesiones menores sufridas en el hecho, su acompañante en el Peugeot 206, Giovanna R., ofreció un testimonio que fue clave en la imputación del conductor.

La chica, también de 20 años, remarcó que en el túnel Illia un motociclista sobrepasó al auto de Gagliasso, por lo que éste lo insultó y aceleró la marcha hasta una velocidad extrema para alcanzarlo.

A la salida del túnel, según la reconstrucción durante la audiencia, perdió el control del volante y arrolló a Tania Gandolfi, de 40 años, y a sus hijas Agustina Magalí García, de 17, y Victoria, de 6. Las dos primeras mujeres fallecieron en el acto, mientras que la menor recibió el alta en Rosario y este viernes regresó a la provincia de Córdoba donde continuarán tratándola de las lesiones sufridas.

 «Estaba cegado»

Según los relatos escuchados en la audiencia, Giovanna no es la novia del imputado sino una amiga a la que el primero llevaba hasta su casa cuando desató la tragedia.

“Estaba cegado. Yo tenía miedo, pensé que me moría. Me agarré fuerte. No sentí el impacto. Salí sola del auto, me vi llena de sangre. Me dolía todo, al principio no podía caminar, tenía vidrios pegados en la cara. Pedí ayuda. Agustín siempre estuvo enfocado en seguir a la moto, estaba en la suya, no le importó nada, ni si yo me moría o si chocaba con otros autos. Un inconsciente”, manifestó la chica.

Sobre el preciso momento en que comenzó la saga que terminó en tragedia, la chica precisó: «Cuando llegamos al túnel se escucha una moto, por el ruido fuerte. Nos pasa y él (Agustín) grita: ‘negro de mierda, forro, la concha de tu madre’. Lo gritó con el vidrio bajo, asomado por la ventana. Esto fue a mitad del túnel, más o menos”.

Giovanna continuó sobre la secuencia: “La moto se quedó haciendo zigzag entre los autos, a más baja velocidad. Por el lado derecho iba una ambulancia y autos detrás de ella. La moto era grande, creo que sin patente, de color negra. La persona que la manejaba era robusta. Iba muy rápido. Le pedí a Agustín que dejara de insultar y le dije ‘Basta, no pelees. Dejalo ahí’. Veo que no me mira, no me presta atención y acelera con toda”.

Ese testimonio abonó la teoría fiscal en la que se basó el pedido de imputación: «Se representó el resultado como una posibilidad seria, sin que ello haya implicado desistir o renunciar a dicha acción inusitadamente peligrosa para la vida de las personas y la propia, vale decir que se representó la acción, la asumió, vio el resultado como posible siendo el mismo indiferente, continuando igualmente con su accionar«.

 «Mirá cómo me quedó el auto»

También declaró Diego García, esposo de Tania y padre de las dos menores. Frente a las fiscales y la jueza, contó que tras el siniestro se acercó al conductor y le manifestó: “¿Vos viste lo que hiciste?”, a lo que el chico le respondió: “Y…mirá cómo me quedó el auto”.

Luego de esta polémica respuesta, García confirmó que se abalanzó hacia el joven y comenzó a golpearlo, hasta que llegó un policía para separarlo y lo abrazó.

Tras las testimoniales de testigos, víctimas y protagonistas, el conductor quedó imputado y enfrenta una pena de entre 8 y 25 años de prisión.