Salvaron a una beba que sacaron del vientre de su madre muerta.

La pequeña, que pesaba 1,4 kilogramos y nació por cesárea de urgencia, se encontraba estable y mejoraba gradualmente, según lo expuesto por el doctor Mohammed Salama. Su mamá, Sabreen Al-Sakani, estaba embarazada de treinta semanas.

Internacional 21/04/2024 Claudia Claudia
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De acuerdo a la versión brindada por los responsables sanitarios palestinos, una bebé fue sacada del vientre de una mujer palestina muerta junto con su marido y su hija como resultado de un ataque israelí en la ciudad gazatí de Rafah. Allí, durante la noche, diecinueve personas murieron debido a la intensificación de las operaciones militares israelíes. Entre los fallecidos, que murieron en ataques contra dos casas, había trece niños de una misma familia, manifestó la fuente antes mencionada, ligada a la conducción del grupo Hamás.

La bebé, que pesaba 1,4 kilogramos y nació por cesárea de urgencia, se encontraba estable y mejoraba gradualmente, según lo expuesto por el doctor Mohammed Salama, médico que la atendía. La madre, Sabreen Al-Sakani, estaba embarazada de treinta semanas. La beba fue colocada en una incubadora de un hospital de Rafah junto a otro bebé, con las palabras "El bebé de la mártir Sabreen Al-Sakani", leyenda escrita con cinta adhesiva sobre su pecho.

La hija pequeña de Sakani, Malak, que murió en el ataque, había querido llamar a su nueva hermana Rouh, que significa "Espíritu" en árabe, según lo observado por su tío, Rami Al-Sheikh. "La pequeña Malak estaba feliz de que su hermana viniera al mundo", afirmó. La beba permanecerá en el hospital entre tres y cuatro semanas, según Salama, el médico. "Después veremos si se va, y adónde irá esta niña, a la familia, a la tía, al tío o a los abuelos. Esta es la mayor tragedia. Aunque esta niña sobreviva, ha nacido huérfana", sostuvo.

Un mismo hecho, dos versiones

En cuanto a los trece niños que murieron en un ataque contra la segunda casa, todos pertenecían a la familia Abdel Aal, según funcionarios sanitarios palestinos. En ese ataque también murieron dos mujeres. Preguntado por las víctimas en Rafah, un portavoz militar israelí, miembro de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), dijo que, sobre indicios seguros, "se habían atacado varios objetivos militantes en Gaza, incluidos complejos militares, puestos de lanzamiento y personas armadas".
"¿Vieron a algún hombre entre todos los muertos?", expresó Saqr Abdel Aal, un palestino cuya familia había muerto, mientras se lamentaba ante el cadáver de un niño envuelto en un sudario blanco. "Todos son mujeres y niños", sostuvo. "Toda mi identidad ha sido borrada, con mi mujer, mis hijos y todo el mundo", la mentó el miembro de la familia Abdel Aal. En forma paralela, la misma fuente de las FDI, advirtió que es "imposible" encontrar a hombres adultos "después de cada operativo", porque logran eludir su captura a través de la compleja red subterránea de túneles y escondites que les sirve tanto de protección como de vía de escape.

Al margen de la discusión sobre las distintas versiones que surgen ante cada ataque israelí, subyace un hecho real que se repite y que es planteado como la principal problemática de esta inusual guerra "de madrigueras" (como la llaman algunos analistas en Israel): el uso de dicha estratagema "defensiva" de parte de Hamás desde que empezó la operación de represalia israelí por el alevoso y salvaje ataque terrorista del 7 de octubre pasado.

Independientemente de ello, está el sufrimiento del pueblo gazatí, utilizado de "escudo" humano por Hamás. Ante esta realidad, el palestino Mohammad al-Behairi narró los detalles de su drama familiar, señalando que su hija y su nieto seguían bajo los escombros. "Es un sentimiento de tristeza, de depresión, no nos queda nada en esta vida por lo que llorar… ¿Cómo hemos de sentirnos? ¿Si pierdes a tus hijos, si pierdes a tus seres queridos más cercanos, cómo te sentirías?", se preguntó.

"Esperamos turno para morir"

.Más de la mitad de los 2,3 millones de habitantes de Gaza se han agolpado en Rafah, buscando refugio de la ofensiva israelí que ha asolado gran parte de la Franja de Gaza en los últimos seis meses. Mientras tanto, Israel amenaza con una ofensiva terrestre en la zona, donde el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que los combatientes del grupo militante Hamás deben ser eliminados para garantizar la victoria de Israel en la guerra.
El presidente estadounidense Joe Biden ha instado a Tel Aviv a "no lanzar una ofensiva a gran escala en Rafah", para evitar más víctimas civiles palestinas. En dicho contexto, las autoridades sanitarias palestinas afirman que más de 34.000 personas ya han muerto en el asalto israelí, que comenzó después de del salvaje ataque del grupo Hamás, en el que mataron a 1.400 personas y secuestraron a por lo menos otras 253 (en este caso, según los recuentos israelíes).
El Ministerio de Sanidad palestino también informó que los ataques militares israelíes habían matado a 48 palestinos y herido a otros 79 en toda la Franja de Gaza en las últimas veinticuatro horas. Además, en el mayor de los dos territorios palestinos -la Cisjordania ocupada por Israel-, Tel Aviv reconoció que sus soldados habían abatido este fin de semana a dos palestinos que intentaron dispararles y apuñalarles. El Ministerio de Sanidad palestino declaró que ambos habían muerto.
Abu Jehad, residente en la ciudad de Gaza y refugiado en Rafah con su familia, señaló que temía que los israelíes invadieran esta última ciudad si no se alcanzaba un alto el fuego, y que tendría que huir una vez más. "Estamos atrapados y todo el mundo espera su turno para morir", expresó Abu Jehad, con quien se estableció contacto telefónico. Lamentablemente, para él y para miles de palestinos inocentes, los sobrevivientes de Hamás dispersados hacia el sur del enclave costero, buscan "cobijo" entre la multitud, a la espera de algún salvoconducto que los aleje de las zonas en las que las FDI intensifican su accionar.

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