El invento millonario que se usa en todo el mundo y fue creado por un adolescente

Estas luces nacieron de una idea brillante de Albert Sadacca, un adolescente inmigrante.

Curiosidades27/12/2024ClaudiaClaudia
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La historia de las luces de Navidad, una de las tradiciones más emblemáticas de fin de año, tiene un origen insospechado. Aunque muchos asocian la popularización de las luces con figuras famosas como Thomas Edison, es un adolescente inmigrante, Albert Sadacca, quien transformó esa costumbre y la hizo accesible para todos. Lo que comenzó como una pequeña idea, a principios del siglo XX, se convertiría en un fenómeno global que ilumina cada rincón del mundo durante las fiestas navideñas.

Desde su humilde inicio en Nueva York, hasta la gran expansión de la tradición, la evolución de este invento es un ejemplo de creatividad, desafío y éxito.

Cómo se crearon las luces de Navidad

Las luces que hoy adornan los hogares cada diciembre tienen una historia mucho más profunda y antigua de lo que se podría imaginar. Aunque la tradición de iluminar los árboles de Navidad con velas se remonta a tiempos medievales, el verdadero giro hacia la electricidad ocurrió a fines del siglo XIX.
El primer paso hacia las luces navideñas tal como se conocen hoy fue dado por Thomas Edison. En 1880, el estadounidense logró crear una bombilla práctica, una innovación que sería fundamental para la evolución de las decoraciones navideñas. Años después, en 1882, Edward H. Johnson, amigo cercano de Edison, instaló la primera cadena de luces eléctricas en un árbol de Navidad en Nueva York. Las 80 bombillas de colores (rojas, blancas y azules) iluminaban su árbol, el cual, además, giraba, convirtiéndose en un espectáculo para los transeúntes.
Sin embargo, a pesar de este avance tecnológico, esta iniciativa propia de la festividad no tuvo una aceptación inmediata. A principios del siglo XX, la electricidad era aún algo nuevo y desconocido, lo que generaba desconfianza en muchas personas. Las costumbres de la época seguían inclinándose por las velas, a pesar de los peligros inherentes. Fue en 1917 cuando, tras un trágico incendio causado por las velas en un árbol de Navidad en Nueva York, Albert Sadacca, un joven inmigrante de 15 años, tuvo una idea que cambiaría la historia.

El inventor, quien trabajaba con su familia en una tienda de bombillas, se inspiró en ese desastre para crear una alternativa más segura. Adaptó la alternativa barata que vendía en la tienda para convertirlas en una cadena de luces especial para árboles de Navidad. Al principio, solo se vendieron unas pocas unidades, pero el impacto de esa idea fue inmediato. En 1926, Albert fundó la NOMA Electric Co., que rápidamente se posicionó como el mayor proveedor de luces navideñas en Estados Unidos.

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Lo que comenzó como una pequeña iniciativa en una tienda de Nueva York, rápidamente se transformó en una tradición que se expandiría por todo el mundo. La popularidad de las luces navideñas creció enormemente en las décadas siguientes, y en la actualidad, las decoraciones luminosas forman parte esencial de las festividades de fin de año en millones de hogares alrededor del planeta.

Lo que quizás muchos no saben es que el joven Albert Sadacca no solo tuvo la brillante idea de las luces navideñas eléctricas, sino que también entendió su potencial comercial, convirtiéndose en un visionario. Su contribución cambió para siempre la forma en que las personas celebran la Navidad, llevando la luz y el color a los hogares de todos los rincones del mundo.

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