Un masajista y reikista fue condenado por abusos sexuales a 23 años de cárcel

Villa Constitución: Valentín Benítez, de 57 años, había admitido los hechos en un juicio oral. Las víctimas habían sido pacientes en su consultorio de reiki y otras terapias alternativas

Policiales24/11/2024ClaudiaClaudia
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Un masajista y reikista fue condenado a 23 años de cárcel por reiterados abusos sexuales contra cinco jóvenes, dos de ellas adolescentes, que habían acudido en situaciones de desamparo emocional a su consultorio de Villa Constitución. Se trata de Valentín Cayetano Benítez, quien fue juzgado en Villa Constitución por una gran cantidad de casos cometidos entre 2012 y 2023 ante un tribunal compuesto por los jueces Griselda Strólogo, Eugenio Romanini y Darío Pangrazi.
El hombre de 57 años fue condenado por tres hechos de abuso sexual con acceso carnal, algunos hechos de abuso simple y un número indeterminado de hechos de abuso sexual gravemente ultrajante y con acceso carnal.

Durante las audiencias algunas de las víctimas expusieron sobre los daños que sufrieron en todo sentido, desde la salud hasta las relaciones sociales, y el acusado admitió haber cometido los hechos. Por ende el debate se limitó a discutir sobre la pena de 25 años de cárcel que había requerido la fiscal Analía Saravalli y los 28 solicitados por las abogadas querellantes del Centro de Atención Judicial (CAJ), Juliana Tagliatti y Celina Ponti Marcuzzi.

Juicio oral

Benítez fue detenido en febrero a partir de la denuncia de una mujer que impulsó a otras a revelar que habían sufrido lo mismo. Cinco de las víctimas siguieron adelante con las acciones penales y así el masajista, reconocido en su ciudad, llegó al banquillo.

La fiscal lo acusó de tres hechos de abuso sexual con acceso carnal y otros sucedidos “un número indeterminado de veces”, acciones que llevaba adelante “aprovechándose de su trabajo y de la vulnerabilidad de las mujeres que acudían a su consultorio”. Saravalli aseveró que el masajista abusaba de las mujeres “sin distinción, progresivamente, ganándose la confianza de las víctimas y confundiéndolas”.

En algunos casos las convencía de que les “liberaría el chakra sexual, que se encontraba bloqueado” y así las inducía a creer que aceptaban los sometimientos.

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