Acusaron a Chanchi Riquelme de usar las oficinas de Boca para tener sexo con una influencer

Boca Juniors atraviesa uno de los momentos institucionales más complejos de su historia reciente: bajos resultados deportivos, denuncias, tensiones internas y la explosión de un escándalo mediático que apunta al círculo más íntimo de Juan Román Riquelme, presidente del club.

Chanchi Riquelme involucrado en escándalo sexual en boca

En las redes sociales y diferentes medios apareció una serie de chats donde la influencer santiagueña Vale Salcedo menciona presuntos privilegios que recibiría por su relación sentimental con Cristian “Chanchi” Riquelme, hermano de Juan Román.

 Entre las revelaciones más resonantes, se alude a:

• Suma de dinero elevadas recibidas a partir de su vínculo con el familiar del presidente.
• Acceso a sectores internos del club sin ningún cargo formal.
• Uso de las oficinas del estadio para encuentros sexuales con Chanchi.
• Exhibición de un nivel de vida suntuoso vinculado a su fanatismo por Boca Juniors.

Las conversaciones, publicadas por cuentas como @bostermo en X (exTwitter), encendieron la polémica e incrementaron el malestar de dirigentes y socios, dado que Salcedo no tiene ningún vínculo institucional con Boca Juniors, pero aparece en posiciones privilegiadas dentro de la estructura del club.

Vale remarcar que Cristian Riquelme, aunque sin cargo oficial visible, es considerado la mano ejecutora del presidente y actúa con fuerte injerencia en áreas como prensa, protocolo, indumentaria y el Consejo de Fútbol.

Violencia y amenazas: La grave denuncia de una socia de Boca a Chanchi Riquelme

El escándalo se agravó con la denuncia presentada por Paula Seminara, integrante de la Asamblea de Representantes de Boca, quien acusó formalmente a Cristian Riquelme por “amenazas, amedrentamientos y presiones” durante el Mundial de Clubes. 

Según relató Seminara, fue insultada y agredida físicamente en el estadio de Nashville, Estados Unidos, cuando “Chanchi” se presentó para intimidarla y le colocó la mano encima, diciéndole “putita” y advirtiéndole que no filme más asambleas. 

 Seminara realizó la denuncia ante la policía local en Estados Unidos e inició actuaciones en la Justicia argentina. Además, solicitó medidas de protección y prohibición de acercamiento, afirmando que los Riquelme “tienen códigos mafiosos” y utilizan métodos de presión contra voces críticas.

Este contexto de escándalos personales y políticos se da mientras el equipo dirigido por Miguel Ángel Russo, lejos de estabilizarse, suma eliminación tras eliminación: Boca quedó afuera de la actual Copa Libertadores, se despidió tempranamente del Mundial de Clubes tras caer ante Auckland City y fue eliminado a manos de Atlético Tucumán en la Copa Argentina, acumulando una racha de diez partidos sin triunfos oficiales.

 Este contexto de escándalos personales y políticos se da mientras el equipo dirigido por Miguel Ángel Russo, lejos de estabilizarse, suma eliminación tras eliminación: Boca quedó afuera de la actual Copa Libertadores, se despidió tempranamente del Mundial de Clubes tras caer ante Auckland City y fue eliminado a manos de Atlético Tucumán en la Copa Argentina, acumulando una racha de diez partidos sin triunfos oficiales para la fecha de este informe.

La presión se trasladó al presidente Riquelme y su Consejo de Fútbol —con voces de ex dirigentes y periodistas—. Mario Pergolini, ex vicepresidente, fue lapidario: “Nunca estuvimos tan mal. Es una dirigencia que dejó de funcionar. Compra mal, hace cosas que no debería, juega gente que uno no sabe por qué juega”. El relator Gabriel Anello también disparó: “¡Das vergüenza, Riquelme! ¡Hacedor de uno de los mayores fracasos de la historia de Boca!”.

A estas críticas se suman las del expresidente Mauricio Macri, quien calificó la gestión Riquelme como “una oscuridad” y lamentó el deterioro institucional y deportivo del club.

La combinación de denuncias de violencia, presuntos privilegios indebidos para allegados, escándalos mediáticos y pésimos resultados deportivos ha generado tensiones crecientes entre socios, hinchas y la conducción