Hay luz al final del túnel: Newell’s derrotó 2-0 a Huracán y llega a la última fecha con chances de clasificar a los octavos de final

A veces el destino tiene tomada decisiones y nada puede cambiarlo. Y la noche del Parque posiblemente ya estaba escrita de antemano, con situaciones aleatorias que pasaron a ser fundamentales. Newell’s derrotó a Huracán 2 a 0 y sigue con chances de clasificar a octavos. Lo que parecía imposible, no lo fue. Y la serie de nueve partidos sin perder lo puso en un lugar impensado hace dos meses. Tal vez no alcance, pero la tarea es más que meritoria.

La lesión tempranera de Mateo Silvetti, una de las principales cartas ofensivas leprosas, aunque errático con el arco en los últimos partidos, podría haber sido un golpe duro para la Lepra. Mucho más por las pocas variantes ofensivas que tiene el Ogro Fabbiani como recambio. No lo fue. En ese instante llegó la primera movida clave del partido. El DT rojinegro mandó a la cancha a Valentino Acuña, una variante que en la previa parecía defensiva.
 
El juvenil volante, conocido por interpretar a aquel Messi pibito en la película de Alex de la Iglesia, entró metido, con más criterio para marcar que Silvetti. Pero lo que pocos imaginaban era su posicionamiento ofensivo. Y fue así que llegó el primer gol. Atacó Herrera por izquierda y fue perdiendo peligro al entrar al área. Hizo la pausa y reinició con un pase atrás con Banega como ideólogo. Un par de toques con la defensa quemera muy pasiva, y de pronto Maroni puso la pelota al punto penal y Acuña castigó de zurda para el 1 a 0. Estaba escrito tal vez, destino le dicen.

Antes de ese gol, Newell’s se mostró comprometido en la marca, prolijo para defender, y Navas fue un espectador más. Pero había generado poco en ataque, salvó un centro de Montero que Cocoliso González cabeceó desviado en la puerta del área chica.
 
Con el partido en ventaja, el Ogro puso al equipo en modo ‘defensa’. A meter fuerte y obligar al rival a terminar con centros o remates lejanos y ahí aparecieron una vez más Lollo y Cuesta, con firmeza por arriba y por abajo. Martino se contagió de Montero y marcó con solvencia, y Jacob corrió a todos. Y hubo buena protección a Navas, que está vez no tuvo que revolcarse para defender la victoria.
Hubo un lógico bajón de energía de varios futbolistas de tanto correr. Y a quince del final Fabbiani renovó el oxígeno. Afuera Banega, Herrera y Acuña; adentro Salcedo, Sotelo y Tabares. Línea de cinco, Martino al medio y a defender la victoria.
 
Pero esta noche no era para sufrir. Y de un centro pasado, Martino peleó la pelota arriba y Lollo estuvo en el lugar correcto para fusilar a Galíndez. Un 2 a 0 que a esa altura era una distancia inalcanzable para el Globo. Después al defensor se le fue la mano con el Colo Gil, Tello el mostró la roja y será baja para visitar a Racing.

Y fue victoria leprosa. Contundente, con el sello del equipo de Fabbiani. Con entrega, criterio e inteligencia para jugar. Serio y competitivo. Y así es más fácil que el destino te entregue algún guiño. Y por qué no creer que todavía puede darse el milagro de clasificar.