Furia en la Casa Blanca: un político francés reclamó que devuelvan la Estatua de la Libertad

“Se la regalamos, pero al parecer, la desprecian”, disparó el eurodiputado de centro izquierda Raphael Glucksmann. Le respondió la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, denigrándolo como político de “bajo rango” y sosteniendo que debería estar agradecido con el país norteamericano por no estar hablando en alemán. El monumento fue un regalo de paz y amistad de Francia a Estados Unidos y se inauguró en 1886

Internacional19/03/2025ClaudiaClaudia
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Un político francés pidió con sarcasmo a Estados Unidos que devolviera la Estatua de la Libertad, sugiriendo que el país ya no está a la altura de los valores que representa. Se trata de Raphael Glucksmann, miembro del Parlamento Europeo por la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas. Este domingo, en una convención de su fuerza política, dijo que quería hablarles a “los estadounidenses que han optado por aliarse con los tiranos, que despidieron a investigadores por exigir la libertad científica”, y reclamó: “Devuélvannos la Estatua de la Libertad. Se la regalamos, pero al parecer, la desprecian. Así que aquí en casa estará bien”.

Formalmente, la monumental estatua fue un regalo de amistad de Francia a Estados Unidos. Inaugurada en 1886, representa a Libertas, la diosa romana de la libertad, con una antorcha en la mano derecha y una placa en la izquierda, que tiene la fecha de la Declaración de Independencia de Estados Unidos.

Debajo del manto de la estatua se encuentran grilletes rotos, que simbolizan el fin de toda forma de servidumbre y opresión.

El valor simbólico de la Estatua de la Libertad reside en dos factores básicos:

-Fue donada por Francia con la intención de afirmar la alianza histórica entre las dos naciones. Fue financiada mediante suscripción internacional en reconocimiento del establecimiento de los principios de libertad y democracia por la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, que la Estatua sostiene en su mano izquierda.

-La Estatua también se convirtió rápidamente en un símbolo de la migración de personas de muchos países a los Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios del XX, que fue lo primero que divisaban al arribar a la tierra de sus esperanzas, y sigue siendo un símbolo muy potente que inspira contemplación, debate y defensa de ideales como la libertad, la paz, los derechos humanos, la abolición de la esclavitud, la democracia y la oportunidad.

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La furia cruzó el Atlántico
La Casa Blanca tomó de inmediato nota de las declaraciones y este lunes, al día siguiente, la secretaria de Prensa, Karoline Leavitt, respondió a Glucksmann, denigrándolo: “Mi consejo a ese político francés anónimo de bajo rango sería recordarle que es solo gracias a Estados Unidos de América que los franceses no hablan alemán en este momento, por lo que deberían estar muy agradecidos a nuestro gran país”, en referencia a la Segunda Guerra Mundial.

Glucksmann respondió de inmediato cuestionando con dureza a la administración de Donald Trump, calificándola de “vergonzosa”. En un hilo en la red social X (ex Twitter) escribió: “Estimados estadounidenses: Dado que la secretaria de Prensa de la Casa Blanca me ataca hoy, quería decirles esto”, comienza la publicación. “Simplemente no estaría aquí si cientos de miles de jóvenes estadounidenses no hubieran desembarcado en nuestras playas de Normandía”, continuó Glucksmann.

Enfatizó que su gratitud a los “héroes” estadounidenses que lucharon contra los nazis es “eterna”, pero luego la contrastó con los recientes intentos del presidente estadounidense Trump de negociar un acuerdo entre Rusia y Ucrania, así como con la disputa pública de Trump con el presidente ucraniano Volodimir Zelensky.

“Los Estados Unidos de estos héroes lucharon contra tiranos, no los adularon. Fueron enemigos del fascismo, no amigos de (el presidente ruso Vladimir) Putin. Apoyaron la resistencia y no atacaron a Zelensky”, escribió.

“Precisamente porque estoy petrificado por la traición de Trump, dije ayer en un mitin que podríamos recuperar simbólicamente la Estatua de la Libertad si su gobierno despreciara todo lo que simboliza ante sus ojos, los nuestros y los del mundo”, dijo Glucksmann.

“Nadie, por supuesto, vendrá a robar la Estatua de la Libertad. La estatua es suya. Pero lo que representa pertenece a todos”, afirmó.

“Y si el mundo libre ya no le interesa a su gobierno, entonces tomaremos la antorcha, aquí en Europa”, concluyó.

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