Carpeta médica docente: ¿cuál es el procedimiento para lograr el apto profesional en Santa Fe?

En la provincia de Santa Fe hay más de 7.000 carpetas médicas docentes pendientes de finalización, según declaraciones del ministro de Educación, José Goity. El problema se dio a conocer en medio de la discusión planteada por el gobierno en la primera reunión paritaria del año en torno al ausentismo y las licencias.

Ante este planteo, surge la pregunta de cuál es el proceso mediante el cual los docentes alcanzan el apto para estar frente al aula, qué objetivo tiene y en cuánto tiempo se debe finalizar, y por qué motivo los expedientes no concluyen.

Salud laboral escolar

La publicación del decreto N.º 1326 restableció en 2021 el servicio de Salud Laboral Escolar que, desde ese entonces, tiene la misión de “ejercer la supervisión y control inherente a las licencias médicas, juntas médicas e incapacidades transitorias y definitivas del personal escolar docente y asistente escolar de gestión pública y privada”.

Salud Laboral Escolar gestiona las carpetas médicas de los docentes santafesinos a través de un sistema que realiza digitalmente las solicitudes en cada una de las nueve delegaciones del Ministerio de Educación.

 El proceso es gratuito y comienza por iniciativa propia del agente a partir de su ingreso al sistema educativo provincial -generalmente con una suplencia- y es su responsabilidad gestionar cada uno de los pasos y del Estado corroborar su concreción.

 El sistema no establece de forma taxativa un plazo para la finalización de este expediente, pero los estudios que están incluidos en el proceso tienen una validez de seis meses, lo que representa un lapso de tiempo límite para no tener que iniciarlo nuevamente.

La serie de estudios incluye -según lo expresado por la página oficial del Ministerio- estudios de laboratorio, radiología, cardiológicos, auditivos y visuales. Estos pueden realizarse tanto en efectores públicos como privados.

Para finalizar el procedimiento, el docente presenta todos los resultados y realiza dos estudios finales, uno clínico y otro psicológico, en las dependencias de Salud Laboral Escolar. De acuerdo a la evaluación de sus profesionales, una Junta Médica que recibe la carpeta médica puede indicar la repetición de algunos estudios o estudios complementarios.

 Terminado el proceso, la Junta determina el grado de aptitud psicofísica que presenta el docente para desarrollar su trabajo frente al aula.

 Basándose en la evaluación realizada, el apto puede tener dos variantes. Se considera “apto total” cuando no se constatan las causales previstas en la legislación.

 Si se lo califica “apto relativo”, no puede gozar de licencias por enfermedad, con pago de haberes, ni indemnización por cesantía, ni jubilación por invalidez, ni ningún derecho fundado en la causal registrada en el resultado del examen médico, ni en sus consecuencias, secuelas o agravamiento.

Carpetas no finalizadas

Los expedientes pendientes constituyen un problema, según declaraciones de funcionarios del ministerio de Educación, ya que hay docentes frente al aula que no están certificados con el apto necesario para hacerlo.

Además, señalan que esta situación no permite una gestión eficiente y controlada de las licencias médicas de esos mismos agentes.

 Sin la información que estos documentos ofrecen, donde se determinan las patologías con las que ingresa un docente al sistema provincial, no se puede establecer con claridad cuáles son las licencias que se otorgan de acuerdo a su situación.

 Al respecto, el ministro Goity destacó en declaraciones a los medios que “debe quedar claro que la responsabilidad es del Estado que no cumple con la obligación de las carpetas médicas y que no controla las licencias”, a la vez que sentenció el primer punto para resolver el problema es generar un sistema más eficiente.