Mucho trigo, pocos dólares: el récord productivo no alcanza para empujar divisas

Con una cosecha inédita y embarques acelerados, el cereal no logrará reforzar las reservas. Los precios en mínimos globales diluyen el efecto externo en un año donde cada dólar cuenta.

Economia26/12/2025ClaudiaClaudia
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Argentina se encamina a una campaña triguera histórica en términos productivos, aunque con un aporte acotado al frente externo. La cuestión central es si el salto en la cosecha alcanzará para sumar dólares relevantes a la economía o si, una vez más, los precios internacionales neutralizarán el efecto del récord físico, en un contexto donde el agro sigue siendo la principal fuente genuina de divisas.

De acuerdo con las últimas estimaciones oficiales citadas por el IERAL de la Fundación Mediterránea, la producción de trigo en la campaña 2025/26 rondaría los 26,8 millones de toneladas, lo que marcaría el mayor volumen desde que existen registros sistemáticos (1969/70). El hito se explica por rendimientos máximos del cultivo, cercanos a los 40 quintales por hectárea, con una superficie sembrada relativamente estable en torno a 6,8 millones de hectáreas.

En comparación con la campaña 2024/25, el volumen producido crecería cerca de 50%, impulsado principalmente por un salto de casi 40% en los rindes medios, y en menor medida por una expansión del área del orden del 4%. Incluso frente al récord previo de la campaña 2021/22, la producción sería aproximadamente 20% superior, una mejora atribuible casi en su totalidad a mayores rendimientos, dado que la superficie cultivada se mantiene en niveles similares.

Más toneladas, menos dólares por tonelada
El contraste aparece al trasladar el récord físico al plano comercial. Según el IERAL, alrededor del 65% de la producción se destinaría a la exportación, lo que equivale a unas 17,5 millones de toneladas. Sin embargo, con un precio medio estimado en torno a u$s200 por tonelada para los embarques, promedio FOB de puertos argentinos entre diciembre de 2025 y mayo de 2026, el ingreso de divisas por exportaciones de trigo se ubicaría en torno a u$s3.500 millones.
Ese monto representa una mejora respecto de la campaña 2024/25, cuando el valor exportado rondó los u$s3.000 millones, pero el crecimiento sería apenas del 17%, a pesar de que las cantidades exportadas aumentarían 37% interanual. La comparación histórica es aún más elocuente: frente al máximo en valores alcanzado en la campaña 2021/22, el ingreso de divisas proyectado para 2025/26 sería 26% inferior en términos reales, aun con volúmenes exportados 25% mayores.
La explicación está en el precio. El informe del IERAL advierte que el valor medio de las exportaciones de trigo en 2025/26 constituiría el tercer peor registro en lo que va del siglo, apenas por encima de los niveles observados en las campañas 2000/01 y 2004/05. En términos reales, el precio promedio exhibe una brecha negativa superior al 30% respecto de su promedio histórico, con valores cercanos a u$s201 por tonelada, frente a un promedio de largo plazo de u$s 295.

El inicio de la campaña comercial confirma esa dinámica. De acuerdo con un reporte del Mercado de Granos de la Bolsa de Comercio de Rosario, diciembre registró embarques cercanos a los 2,5 millones de toneladas, un récord histórico para ese mes, impulsado por la elevada disponibilidad de mercadería y una logística fluida. Argentina logró posicionarse como el proveedor más competitivo del mercado internacional, ampliando destinos y concretando ventas a países del sudeste asiático y, de manera excepcional, a China tras más de tres décadas.

Sin embargo, esa competitividad responde a un escenario de oferta global abundante, con cosechas elevadas en los principales países exportadores. El bajo precio facilita la colocación del cereal, pero licúa el impacto en dólares, incluso en un año de cosecha inédita.

El desempeño del trigo se inscribe, además, en un marco macro más amplio. Las cadenas agroindustriales continúan explicando cerca del 60% de las exportaciones totales y son una de las pocas fuentes estructurales de generación neta de divisas para la economía argentina. En ese contexto, la campaña 2025/26 vuelve a exponer una restricción persistente: cuando los precios internacionales juegan en contra, ni siquiera un récord productivo alcanza para provocar un salto significativo en el ingreso de dólares.

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